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domingo, 29 de enero de 2017

GRAMÁTICA UNIVERSAL

 Uno de las cuestiones más increíbles en cuanto a la relación entre lenguaje y pensamiento que se analizan en el siglo XX es la de la existencia de una herencia genética que todos tenemos al nacer, en la que se encuentra impresa la capacidad o la competencia de comunicarnos mediante el lenguaje humano.

 Esto ha llevado a los investigadores de la psicolingüística a resolver el problema de si el mundo, tal como lo percibimos, tiene que ver con nuestro lenguaje. Es decir: si nuestras superestructuras neuronales hacen que percibamos el mundo de una manera o de otra, si el lenguaje influye en la conceptualización del mundo.


Adam Schaff, por ejemplo, consideraba que el lenguaje tiene un papel activo en la conceptualización del entorno: produce pensamiento conceptual, nos proporciona la facultad de aprender a pensar y de desarrollar un pensamiento creador, y al darnos una capacidad de abstracción y de generalización nos aporta el punto de partida para las relaciones sociales. Es decir, que el lenguaje es la base de la sociedad. [Adam SCHAFF: Lenguaje y conocimiento. Grijalbo, México DF, , 1967, pp. 107-108]






"1. El lenguaje, que es un producto social, configura como sistema lingüístico e el nos educamos y pensamos desde nuestra infancia, nuestra forma de aprehensión del mundo que nos rodea. 2. Considerando las diferencias existentes entre los sistemas lingüísticos, los cuales son un reflejo de los distintos medios que crean estos sistemas, los hombres que piensan por medio de estos lenguajes aprenden el mundo de formas distintas."


 Esto entroncaría con la Hipótesis de Sapir-Whorf, según la cual "existe un cierto grado de relación entre las categorías gramaticales del lenguaje que una persona habla y la forma en que la persona entiende y conceptualiza el mundo."

 En definitiva, que un angloparlante y un hispanoparlante entienden ciertos aspectos del mundo de manera diferente, no por cuestiones culturales, sino por sus diferentes sistemas lingüísticos. Y un rumano y un portugués entienden de forma más parecida el mundo que con respecto a un alemán o un chino. Pero al ser el lenguaje un elemento socializador, hay algo todavía más alucinante: las propias sociedades han evolucionado de maneras determinantes a causa de los sistemas lingüísticos que manejan. O sea que un angloparlante nativo percibe o conceptualiza el mundo así por su idioma y por la sociedad en la que vive, que ha llegado a ser así en gran parte gracias al idioma.

 En algunos casos se ha entendido todo esto como un proceso evolutivo que poco tiene que ver con la genética, sino más bien con el aprendizaje de patrones de conducta dentro de determinadas sociedades. Esto se implementaría en el individuo a lo largo de algunas fases que pasarían de los sonidos fisiológicos (llanto) a los 2 meses, luego el arrullo (2-7 meses), el balbuceo de sonidos articulados (7 -12 meses), una fase holofrástica en la que una sola palabra sustituye a todo un enunciado (12-18 meses), una fase de dos palabras (18-24 meses) y por último la adquisición de la sintaxis y de las palabras funcionales (2-4 años).

 Esto es claramente observable en la evolución vital de cualquier humano normal. La cuestión es si estas capacidades o competencias son resultado solamente de la adquisición del denominado maternés (habla propia del núcleo familiar) por imitación (en tiempo real o en diferido), o jos vienen dadas por la herencia genética.

 El gran Chomsky dedicó gran parte de sus estudios a dilucidar esta cuestión. Y llegó a la conclusión de que los niños humanos nacen con una capacidad innata del lenguaje, una GRAMÁTICA UNIVERSAL (GU). Y lo considera así por darse cuenta de que la conducta lingüística aparece antes de que sea necesaria para el niño, y antes de tomar una decisión voluntaria para usarla. Como si lo llevara impreso en sus circuitos neuronales. Y no importa que sucesos externos ocurran en la evolución del bebé, ni todos los intentos por acelerar o retardar el proceso. Surge sin más. Intentar que un niño acelere el uso del lenguaje de manera precoz es como intentar que mude espontáneamente el color de los ojos. Lo lleva en los genes y es inalterable de forma externa.

 Incluso nos encontramos con una especie de punto de no retorno en la adquisición del lenguaje: un período crítico en el que el niño aprende dos palabras nuevas cada cuatro horas, y a partir del cual ya no es tan fácil. Por eso a los adultos nos cuesta más adquirir una segunda lengua.




Chomsky no trata de negar la existencia del aprendizaje en la adquisición del lenguaje. A este aprendizaje distinto del proceso natural, o proceso cultural, él lo llama experiencia. La unión de la Gramática universal con la Experiencia es lo que da lugar a la Gramática Específica (lo que en lingüística se llama lengua o idioma.

En ese choque genético-cultural vemos como a los niños pequeños les cuesta pasar de lo natural a lo aprendido: usan una lógica creativa que no tiene que ver con la imitación (por eso dicen "no cabo" en vez de "no quepo", por mucho que se les corrija una y mil veces, ellos usan la lógica natural del lenguaje. También dicen "escribido" y no "escrito"; esto nos muestra las limitaciones de una teoría exclusivamente cultural del lenguaje). Y esto no depende en medida alguna de la capacidad intelectual del individuo.

 No parece sino que los aprendizajes de nuestros antepasados vienen a nosotros cuando nacemos para explicarnos la mejor forma de comunicarnos. Esto no deja de tener algunos aspectos inquietantes, pues: ¿somos capaces realmente de entendernos bien entre culturas? O peor: ¿qué daño puede llegar a hacer la globalización en la percepción individual del universo? ¿Será por eso por lo que a la nuevas generaciones ya no les asustan los cuentos de fantasmas? Y eso: ¿es bueno o es malo?

En fin, quizá algún día el lenguaje evolucione de tal manera que todos los seres humanos percibamos el mundo de la misma manera, y ya no nos haga falta ese mismo lenguaje para comunicarnos. Lo haremos exclusivamente con el pensamiento. Y nos habremos trascendido a nosotros mismos. Seremos como Dios. Todos a la vez.